Carlos Cid García, nacido el 15 de septiembre de 1973 en la provincia de Sevilla, es un ejemplo de cómo el talento y la pasión pueden florecer al margen de los caminos convencionales. Residente en San José de La Rinconada, su infancia estuvo marcada por una rebeldía innata y el desapego hacia un sistema educativo que no supo captar su potencial.

   Indiferente a los resultados académicos, canalizó su energía hacia la resolución de problemas mecánicos, destacando desde la adolescencia por su habilidad para optimizar y desarrollar artilugios, curiosamente casi siempre relacionados con el metal, que representaban un reto para su ingenio.

   Autodidacta por naturaleza, Carlos ha forjado una carrera profesional sólida en el sector del mantenimiento de vehículos, donde actualmente ejerce como Jefe de Taller. Su capacidad para aprender y superarse le ha llevado a acumular un amplio reconocimiento, no solo por su destreza técnica, sino también por su labor en la formación de otros
profesionales.

   Emprende su incursión en el mundo del arte por sus inquietudes como gran observador y pensador. Encuentra la posibilidad de explorar nuevos horizontes impulsado por superar sus propios límites, motivándole una verdadera pasión en este nuevo reto.

   De esa “Pasión” nace una de sus obras más representativas homenajeando este nuevo descubrimiento. Consciente de su carencia oratoria, encuentra a su vez la posibilidad de expresar a través de su obra, los principios y valores como reflejo más fiel de unas ideas que con palabras difícilmente podría plasmar.